El pasado sábado 24 de marzo, la Sala de Teatro Experimental del Miguel Delibes presentaba la mejor entrada de la temporada, hasta la fecha, para recibir al trío catalán Sidonie (Marc Ros, voz y guitarra; Jesús Senra, bajo; y Axel Pi, batería; a los que se suma en esta gira David. T. Ginzo, guitarra), que en esta ocasión se presentaban en Valladolid con El Fluido García como último trabajo bajo el brazo.
El título del disco está extraído de la novela de ciencia ficción de Enrique Gaspar y Rimbau El Anacronópete, en la que los personajes que viajan en el tiempo a través de una máquina al efecto, tienen que consumir el "fluido garcía" para evitar rejuvenecer al viajar hacia atrás en el tiempo, y burlar así la llamada paradoja del abuelo.
De modo que podemos considerar que la elección del título no es casual. Más bien al contrario, desde el mismo reivindican su trabajo y trayectoria, en la medida en que se han hartado de promocionarlo como una vuelta a la psicodelia de sus primeros discos, en clara contraposición a los ritmos más poperos de discos como Costa Azul o El Incendio de los que, en ningún caso, reniegan.
Ésta era la segunda vez que iba a ver a Sidonie en directo. La vez anterior fue el verano pasado, en el marco del Lowcost Festival y, la verdad, quedé un poco decepcionado. El concierto no fue todo lo divertido que yo esperaba, aunque también reconozco que las circunstancias no acompañaron: les tocó abrir el escenario principal, con lo que aun era de día y la gente todavía estaba empezando a llegar. Además, los conciertos festivaleros, ya se sabe, son un poco atropellados por la limitación de tiempo, sobre todo para los que no son los principales cabezas de cartel.
Pero en este caso la situación era mucho más propicia. Una sala de lujo; un público que sabía a lo que iba y que cuasi completaba el aforo; y una plaza, Valladolid, en la que ya habían "toreado" varias veces con rotundo éxito. De modo que sí, éste iba a ser un concierto muy distinto. Y cumplió con las expectativas de pasar un buen rato.
Y por buen rato me refiero a casi dos horas de concierto, en las que Sidonie desgranó no sólo El Fluido García, sino también los grandes temas de trabajos anteriores que han contribuido a colocarles en la posición privilegiada que ocupan entre lo más granado de la escena musical nacional.
Aspecto de la sala antes de comenzar el concierto
Y por buen rato me refiero a casi dos horas de concierto, en las que Sidonie desgranó no sólo El Fluido García, sino también los grandes temas de trabajos anteriores que han contribuido a colocarles en la posición privilegiada que ocupan entre lo más granado de la escena musical nacional.
Ello sirvió para comprobar varias cosas. La primera y más importante es que con una carrera ya consolidada con tantos discos a sus espaldas, cuentan con un puñado de canciones bailables, pegadizas y de estribillo coreable, muy reconocibles, que abonan la sensación, a ratos, de que estos tipos son una máquina de fabricar singles. Como prueba, ahí está un setlist que da cabida por igual a Costa Azul, Fascinado, Un Día Más En La Vida, Los Olvidados o El Incendio.
A sus éxitos consolidados se unían los nuevos temas de El Fluido García, un disco irregular en su desarrollo, que combina temas de distinto nivel e intensidad (nada tienen que ver los reconocibles, en la medida en que han funcionado como tarjeta de presentación del álbum, El Bosque o A Mil Años Luz con El aullido o Bajo un cielo azul, por ejemplo), aunque es indudable que existe un cierto patrón o hilo conductor: esa pretensión de alcanzar el cacareado sonido psicodélico, que para mi se queda más en búsqueda.
Porque para mí (personalísima opinión) esos trallazos o ramalazos guitarreros con los que visten muchas de las nuevas canciones no me sirven para definirlas, ya que al final siguen teniendo más peso esas letras blanditas de estribillos repetitivos que caracterizan el pop elástico (y correctísimo) que les puso en el disparadero para una amplia audiencia, entre la que me encuentro. No obstante se agradece mucho el perfil que ofrecen estas nuevas canciones que, en todo caso, funcionan muy bien en directo. Cante Marc o cante Jesús (caso de La Huída), por cierto.
Con estos mimbres el concierto se desarrolló, nunca mejor dicho, fluido. Con un punto de inflexión clarísimo, bajando la intensidad al atacar El Aullido e irrumpir Marc entre el público arrastrado dentro de un carro de súper cantando a capella Giraluna.
Se marcaba así una suerte de intermedio, que daba pie a una segunda parte del partido que arrancaba con Sidonie compartiendo escenario con Dehra Dun, grupo local que había ejercido las labores de telonero, para interpretar Sidonie Goes To Varanasi, de su primer disco.
Continuaría con un set acústico protagonizado por la interpretación de Bajo un cielo azul (de papel celofán), que presentaron (pomposamente, desde mi punto de vista) como una "ópera folk" que, sin embargo, más bien responde al patrón de un medley en el que pueden asomarse canciones como Sylvia. Confesos amantes de los Beatles, supongo que no resulta difícil encontrar aquí un abierto homenaje a los cuatro de Liverpool, reconocibles acordes del Blackbird incluidos. Para mi uno de los momentos álgidos del concierto (hace poco participaron en Los conciertos de Radio 3 y su interpretación de Bajo un cielo azul en Valladolid fue básicamente idéntica, así que dejo el video).
Vídeo de Giraluna (alarido de Javi Vielba, presente entre el público, incluido, min. 0:28)
Momento del concierto
Continuaría con un set acústico protagonizado por la interpretación de Bajo un cielo azul (de papel celofán), que presentaron (pomposamente, desde mi punto de vista) como una "ópera folk" que, sin embargo, más bien responde al patrón de un medley en el que pueden asomarse canciones como Sylvia. Confesos amantes de los Beatles, supongo que no resulta difícil encontrar aquí un abierto homenaje a los cuatro de Liverpool, reconocibles acordes del Blackbird incluidos. Para mi uno de los momentos álgidos del concierto (hace poco participaron en Los conciertos de Radio 3 y su interpretación de Bajo un cielo azul en Valladolid fue básicamente idéntica, así que dejo el video).
Bajo un cielo azul (de papel celofán) en Los Conciertos de Radio 3
Adalides de la pose del "sex, drugs & rock'n'roll", dieron muestra de un apetito más mundano al reconocer que tienen en Valladolid uno de sus templos gastronómicos personales (en concreto en el restaurante La Raíz que, por cierto, gracias a ellos ya tengo anotado, porque ni me sonaba...). Lo cual suma un motivo más para que vuelvan de nuevo, vista la buena respuesta del público y su feeling con el grupo (Jesús Senra nos puntuó al final del concierto como dentro del "puto top five").
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Final del concierto
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